Catolicismo

 I. Definición y génesis histórica

Dentro de la cristiandad histórica, el grupo que cuenta con el mayor número de adeptos es la Iglesia Católica Romana. En la actualidad, hay casi 600 millones de católicos en el mundo. Desde el punto de vista numérico, la Iglesia Católica es la agrupación religiosa que cuenta con el mayor número de adeptos, aun en comparación con la religión mahometana, que cuenta con algo más de 500 millones de musulmanes. La Iglesia Católica es, también, históricamente y como iglesia definida, la más antigua de los diversos grupos cristianos. Es difícil señalar una fecha precisa cuando esta iglesia, tal como se la conoce en el tiempo actual, tuvo su origen histórico. Lo más acertado sería decir que la Iglesia Católica de nuestros días es el producto de un proceso histórico, el cual empieza a perfilarse a finales del siglo II conjuntamente con la expansión geográfica del cristianismo; luego se robustece con la institución del papado en el siglo IV, y se afirma y define teológicamente con la celebración del Concilio de Trento, pocos años después de haberse producido lo que se ha llamado la Reforma Protestante del siglo XVI. El sistema eclesiástico y jerárquico de la Iglesia Católica empieza a germinar en el siglo II y alcanza su pleno crecimiento en la institución del papado. Gradualmente, los obispos o pastores de las diócesis de Jerusalén, Antioquía, Alejandría, Constantinopla y Roma lograron una influencia preponderante sobre los otros guías espirituales. De esos obispos, el de Roma, con el tiempo, asumió superioridad sobre las otras iglesias y sus obispos. El título de Papa, o Jefe de la cristiandad universal, se lo adjudicó para sí, en forma exclusiva, el obispo de la diócesis de Roma. León el Grande (440-461 d. de J.C.) perfeccionó la teoría del poder papal sobre las otras iglesias. A Gregorio el Grande (590-604 d. de J.C.) se le puede considerar como el primero de los papas absolutos. Algunos factores históricos que contribuyeron a que la supremacía papal se hiciese una realidad, son estos: (1) la reconocida hegemonía política de Roma en Occidente; (2) el cambio de la capital imperial de Roma a Constantinopla y la oportunidad consiguiente del ejercicio del poder papal en Roma; (3) las alianzas con los caudillos de las invasiones de los bárbaros; y (4) la relativa libertad de agudos conflictos doctrinales en el Oriente. La Iglesia Católica, tanto en su imagen externa como en su estructura interna, fue modelada en gran parte según el patrón del Imperio Romano. Cipriano de Cartago, hacia fines del siglo II, fue uno de los primeros en usar la frase "la Iglesia Católica" y en afirmar que "fuera de la Iglesia no hay salvación". También él fue el padre del sacerdotalismo, la teoría de que la autoridad de la iglesia reside en los obispos. A fines del siglo II empieza la práctica del bautismo infantil o de niños. La historia eclesiástica nos informa que durante los primeros siglos de la era cristiana se produjo la evolución y alejamiento doctrinal que dio como resultado la formación paulatina de lo que hoy conocemos como la Iglesia Católica Romana, dicha evolución doctrinal se fue definiendo en dogmas oficiales por los grandes Concilios ecuménicos de la iglesia. De entre los muchos y buenos teólogos que ha tenido la iglesia, sobresale el fraile dominico Tomás de Aquino, quien en el siglo XIII logró sistematizar y explicar muchas de las creencias tradicionales de la iglesia. Su teología sentó la nota tónica que prevaleció en las discusiones y los cánones y decretos del importantísimo Concilio de Trente. Al finalizar la Edad Media, la Iglesia Católica contó con un sistema de doctrina sólido, en el que la liturgia caracterizó al culto, con la comunión o misa como el centro; los siete ¿Quiénes Son los Católicos Romanos? 35 sacramentos constituyeron los pilares de la salvación; y el sacerdocio jerárquico, con el Papa a la cabeza, formó la estructura unitaria de la Iglesia. A lo largo de su historia, en el seno de la Iglesia Católica ha habido dos grandes cismas: el primero ocurrió en 1054, cuando se formó la Iglesia Ortodoxa Griega, con sus patriarcados en Constantinopla (ahora Estambul, capital de Turquía), Jerusalén, Antioquía y Alejandría. El segundo cisma tuvo lugar en el siglo XVI, concretamente en 1517, cuando el monje de la Orden de los Agustinos, el célebre y erudito Martín Lutero, de Alemania, clavó en la puerta principal del templo de la Universidad de Wittenberg, sus famosas noventa y cinco tesis, como una protesta a los predicado- res de indulgencias. Mediante ese acto osado, pero que también se acostumbraba en la época, el fraile Lutero llamaba a un debate público sobre el asunto de las indulgencias, las cuales ofrecían la venta del perdón de los pecados y que el Papa, a la sazón, León X, había autorizado en su Bula de las Indulgencias. Como ya es harto conocido por la historia, aquel incidente precipitó una serie de acontecimientos que culminaron en la excomunión de Martín Lutero de la Iglesia Católica, y decretada dicha excomunión por el Papa León X, y en lo que después se dio en llamar la Reforma Protestante del Siglo XVI. En las últimas décadas se ha venido acentuando dentro de la Iglesia Católica, la diferencia entre dos tendencias o escuelas de pensamiento teológico, que son: el ala conservadora y el ala liberal. De hecho, estas dos corrientes afloraron ostensiblemente en la celebración del Segundo Concilio Vaticano, el cual, convocado e iniciado por el Papa Juan XXIII en 1962, fue continuado y clausurado por su sucesor, el Papa Paulo VI en 1965. La Iglesia Católica es no solamente una institución religiosa, sino que también es, prácticamente, una fuerza política al establecerse como Ciudad del Vaticano. El Estado del Vaticano es, de consiguiente, un gobierno constituido, cuya soberanía temporal fue reconocida en Italia por el Tratado de Letrán en 1929. Actualmente, la influencia de la Iglesia Católica es un factor moral y religioso de mucho peso en el panorama político de muchos países del mundo. El Papa Juan Pablo II, con su personalidad, su habilidad, su espíritu compasivo y, sobre todo, por sus viajes internacionales, ha proporcionado a la institución del papado un prestigio notable, y a la Iglesia Católica en general una posición influyente en el ámbito de lo religioso, lo político y lo moral. La celebración del Segundo Concilio Vaticano, el cual el Papa Juan XXIII convocó el 25 de diciembre de 1961, abrió muchas puertas de esperanzas, realizó un trabajo de renovación en la iglesia, redefinió y confirmó los dogmas tradicionales y fundamentales de la iglesia, liberalizó la postura de la iglesia frente a las denominaciones evangélicas, y dejó sentada sin ambajes el principio cardinal de la libertad religiosa. Así, la Iglesia Católica de fines del siglo XX se presenta al mundo como una iglesia en varios aspectos modernizada, dinámi- ca y haciéndose eco de las muchas y justas aspiraciones de reivindicación social de los grandes segmentos pobres de la humanidad.

II. Cuerpo de doctrinas características

El corazón de la enseñanza católica romana es la doctrina de que fuera de la iglesia no hay salvación. "Nadie tiene a Dios por Padre si no tiene a la Iglesia por Madre", dijo uno de los antiguos padres de la Iglesia. Acerca de las Escrituras el Cardenal Gibbons escribió: "Las Escrituras nunca pueden servir como completa regla de fe ni como guía completa al cielo, independientemente de un intérprete vivo y autorizado . . .Tanto la Palabra de Dios como la ley civil deben tener un intérprete y estamos obligados a vivir de acuerdo con su decisión." En otras palabras, la interpretación privada de las Escrituras no es válida. Prácticamente, todo el sistema teológico del catolicismo romano se basa en su doctrina de los sacramentos, los cuales, según la iglesia, son siete: el bautismo, la confirmación, la eucaristía, la penitencia, la extremaunción, las órdenes sacerdota- les y el matrimonio. San Agustín de Hipona, recio pilar de la teología cristiana, en el siglo IV definió el sacramento como "la ¿Quiénes Son los Católicos Romanos? 37 forma visible de una gracia invisible" o, como escribiera el Cardenal Gibbons: "una señal visible instituida por Cristo, por medio de la cual nuestras almas reciben gracia". Otras doctrinas características de la Iglesia Católica son estas:

1. La salvación es por la fe más las buenas obras.

2. El sacramento del bautismo produce la gracia regenerado- ra en el sujeto del bautismo.

3. El obispo de la diócesis de Roma, el Papa, es el vicario de Jesucristo en la tierra, y el jefe y cabeza visibles de la iglesia.

4. Jesucristo les dio a los sacerdotes el poder de perdonar los pecados en el sacramento de la confesión.

5. La misa o eucaristía es el culto principal de los católicos, y en la consagración de los elementos -el pan y el vino- por el sacerdote, éstos se convierten en el cuerpo y en la sangre de Jesucristo. A esta transformación milagrosa se la conoce como el dogma de la transubstanciación.

6. La bendita virgen María, madre de Jesucristo, es media- dora ante su Hijo Jesús a favor de quienes buscan su intercesión. Tres son las principales creencias acerca de María: (1) el dogma de la inmaculada concepción (es decir, que ella fue concebida sin pecado en el vientre de su madre Santa Ana, por obra y gracia del Espíritu Santo); (2) la virginidad perpetua de María; y (3) la asunción de María al cielo en cuerpo y alma.

7. El purgatorio es un lugar y un estado intermedios, entre el momento de la muerte y la resurrección futura. A ese lugar, que es de castigo temporal y purificación, van las almas de quienes mueren en gracia de Dios, en comunión con la iglesia, pero quienes por sus pecados veniales no consiguieron en vida pagar toda la penitencia debida por dichos pecados. La tesis filosófica, pudiéramos decir, detrás de esta doctrina, es que de los que mueren, muchos de ellos ni fueron tan malos como para merecer el infierno, ni fueron tan buenos como para poder entrar en el cielo donde todo es pureza y perfección. En el purgatorio, de consiguiente, las almas se purifican o se purgan de sus pecados, preparándose de esa manera para su entrada definitiva en el cielo o la gloria de Dios.

8. La clasificación del culto o adoración en tres categorías: (1) latría, o adoración a Dios; (2) hiperdulía, o adoración a María; y (3) dulía, o adoración a los santos. El uso de las imágenes es parte integrante del culto católico. La Iglesia Católica basa sus enseñanzas y doctrinas en la Biblia o la Palabra de Dios, en las tradiciones de los padres de la iglesia, y en las declaraciones oficiales de los Concilios Generales de la iglesia.