La página Wired News (http://www.wired.com) publicó dos
informes referentes a experiencias con EMT o estimulación
magnética transcraneana que son, cuanto menos, curiosos.
En el primero de estos informes, se cuenta que el profesor Allan
Snyder y la Dra. Elaine Mulcahy han llevado a cabo experimentos
que prueban que pueden aumentar las funciones creativas del cerebro
a través del magnetismo. Para ello
utilizan una especie de casco que utiliza EMT para acallar transitoriamente la
actividad del hemisferio izquierdo del cerebro donde están los centros
del habla y de la memoria de corto plazo. El experimento de Snyder nació de
investigaciones sobre las notables aptitudes de algunos autistas sobresalientes,
como el personaje de Dustin Hoffman en Rain Man.
Estos prodigios autistas tienen ciertas aptitudes sorprendentes, como la capacidad de hacer cálculos mentales complejos muy rápidamente o la de hacer dibujos de enorme realismo desde una edad muy temprana y sin ningún tipo de práctica o enseñanza. Snyder cree que estos prodigios autistas tienen acceso a procesos muy veloces y primarios del cerebro, algo así como la facultad natural e inconsciente que nos permite prever, por ejemplo, la trayectoria de una pelota de béisbol cuando el propio bateador no puede predecirla. Se trata de funciones primarias de procesamiento que constituyen el lecho de la coordinación entre las manos y los ojos y el fundamento de todas las aptitudes visuales, como la capacidad de distinguir una pelota de un disco plano.
Snyder asegura que cualquiera puede desarrollar estas facultades a través de la EMT, técnica que inhibe las señales eléctricas del hemisferio izquierdo, reproduciendo transitoriamente lo que ocurre en los autistas. Es algo difícil de creer, pero el "casco para pensar" no puede descartarse como un mero castillo en el aire.
Según Wired, Snyder es un científico muy respetado.
En diciembre le otorgaron el Premio Internacional de la Fundación
Marconi por sus investigaciones en fibras ópticas. Su enfoque
de las ciencias es bastante ecléctico:
recurrió a sus conocimientos sobre la fisiología del ojo de la
mosca para hacer los desarrollos matemáticos necesarios para transmitir
luz a través de cables ópticos.
No obstante, predominan las dudas sobre el uso de la EMT y acerca de la propia
teoría de Snyder sobre los autistas.
En el segundo de los informes de Wired News, se habla de algunas consecuencias interesantes de la aplicación del EMT. Pues la tecnología fundamental en la que se basan los experimentos d el profesor Allan Snyder dio lugar a algunas afirmaciones bastante irracionales. Los sujetos que participaron de los experimentos realizados por el Dr. Michael Persinger, de la Laurentian University, creen que estuvieron en presencia de Dios, o que tuvieron alguna experiencia religiosa por el estilo.
Estos sujetos, que estuvieron expuestos a una serie específica de pulsos de EMT, refirieron haber sentido una presencia invisible cerca de ellos o una sensación de conexión con todo el planeta. Persinger considera que la interferencia magnética que se produce espontáneamente podría ser la principal explicación de las experiencias místicas y de muchísimos fenómenos paranormales, desde fantasmas hasta abducciones alienígenas.
Todo esto suena bastante raro, pero la teoría de Dios fue puesta a prueba por un corresponsal de la revista Wired en 1999, quien llegó a la conclusión de que había experimentado algo difícil de definir. Por otra parte, Persinger es un científico sumamente respetado, con decenas de artículos publicados sobre el magnetismo y el cerebro, según se afirma en el informe.
¿Qué es la EMT?
La EMT está basada en los principios básicos de la electricidad establecidos en los últimos siglos. En 1831, Faraday descubrió que un campo magnético sometido a variaciones rápidas puede inducir una corriente eléctrica en un conductor que se encuentre en su proximidad. En 1985, se aplicó este principio para provocar la contracción de los músculos de las extremidades inferiores y superiores en sujetos humanos.
A partir de la década de 1990, la investigación ha avanzado
a pasos agigantados, sostiene el Dr. Tony Ro, profesor adjunto del departamento
de psicología de la Universidad de Rice. "La EMT se viene utilizando
en la neurología clínica desde hace un tiempo ya para investigar
las disfunciones motoras. Recientemente, en estos últimos 10 años,
aproximadamente, la EMT ha sido utilizada para investigar el funcionamiento
básico del cerebro, así como también las funciones
cognitivas".
Los científicos también han utilizado esta técnica para
realizar investigaciones que alteran el normal funcionamiento de la mente.
Las percepciones sensoriales y el raciocinio están basados en la actividad
eléctrica del cerebro; si se altera esta corriente eléctrica,
se alteran las percepciones y los procesos racionales. Una realidad creada
a través de estímulos magnéticos o una realidad natural:
para el cerebro es exactamente lo mismo.
En un artículo publicado en 1995 en Perceptual and Motor Skills, titulado "On the possibility of directly accessing every human brain by electromagnetic induction of fundamental algorithms" (¿Es posible acceder directamente al cerebro de una persona a través de la inducción electromagnética de los algoritmos fundamentales?), Persinger también afirma que la EMT podría ser utilizada para controlar la mente de los demás.
En realidad, Persinger está tratando de identificar y catalogar esos algoritmos fundamentales, que son una serie de pulsos magnéticos específicos que se corresponden con una determinada reacción en el cerebro. Uno de ellos induce las sensaciones místicas antes mencionadas, otro induce una sensación general de bienestar, mientras que otro genera excitación sexual. Persinger cree que se podrían descubrir otros algoritmos, como por ejemplo uno que active el sistema inmunológico.
No debe sorprender a nadie, por lo tanto, que se considera que esta tecnología es potencialmente peligrosa. La Dra. Robyn Young, de la Universidad de Flinders de Adelaide, Australia, que utilizó la EMT con la esperanza de potenciar la función creativa del cerebro de 17 voluntarios, fue sometida a estrictos controles.
"Tuvimos que pasar por tres comités de ética, y nos fijaron
rigurosos límites con respecto a lo que podíamos y
lo que no podíamos
hacer -señaló Young-. Sin embargo, cinco de estos voluntarios
presentaron un marcado aumento de la capacidad creativa durante el
experimento de Young.